miércoles, 3 de febrero de 2010

Cadalso y las Cartas Andorranas

Pincha en la imagen para verla bien.

Uno de los recursos utilizados por el género ensayístico para poder analizar y criticar la realidad del país ha sido adoptar un distanciamiento retórico que permitiera una total libertad para juzgar cuestiones que pueden herir susceptibilidades.
Para hacerlo, Cadalso, imitando a Montesquieu, adopta el rol (ficticio) de un extranjero que visita el país y comenta cualquier aspecto con esa mirada distanciada, libre de prejuicios o intereses y por lo tanto, mucho más crítica.

Profundiza sobre el sentido de la obra de Cadalso, lee el ejemplo que hay en el dossier u otros que encontrarás en el siguiente enlace:
http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/01471731988025951976602/index.htm
http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/01471731988025951976602/p0000001.htm#I_1_

Toma esta carta como ejemplo, si quieres.

Carta XXIV

De Gazel a Ben-Beley

Uno de los motivos de la decadencia de las artes de España es, sin duda, la repugnancia que tiene todo hijo a seguir la carrera de sus padres. En Londres, por ejemplo, hay tienda de zapatero que ha ido pasando de padres a hijos por cinco o seis generaciones, aumentándose el caudal de cada poseedor sobre el que dejó su padre, hasta tener casas de campo y haciendas considerables en las provincias, gobernados estos estados por el mismo desde el banquillo en que preside a los mozos de zapatería en la capital. Pero en este país cada padre quiere colocar a su hijo más alto, y si no, el hijo tiene buen cuidado de dejar a su padre más abajo; con cuyo método ninguna familia se fija en gremio alguno determinado de los que contribuyen al bien de la república por la industria y comercio o labranza, procurando todos con increíble anhelo colocarse por éste o por el otro medio en la clase de los nobles, menoscabando a la república en lo que producirían si trabajaran. Si se redujese siquiera su ambición de ennoblecerse al deseo de descansar y vivir felices, tendría alguna excusa moral este defecto político; pero suelen trabajar más después de ennoblecidos.

En la misma posada en que vivo se halla un caballero que acaba de llegar de Indias con un caudal considerable. Inferiría cualquiera racional que, conseguido ya el dinero, medio para todos los descansos del mundo, no pensaría el indiano más que en gozar de lo que fue a adquirir por varios modos a muchos millares de leguas. Pues no, amigo. Me ha comunicado su plan de operaciones para toda su vida aunque cumpla doscientos años. «Ahora me voy -me dijo- a pretender un hábito; luego, un título de Castilla; después, un empleo en la corte; con esto buscaré una boda ventajosa para mi hija; pondré un hijo en tal parte, otro en cual parte; casaré una hija con un marqués, otra con un conde. Luego pondré pleito a un primo mío sobre cuatro casas que se están cayendo en Vizcaya; después otro a un tío segundo sobre un dinero que dejó un primo segundo de mi abuelo». Interrumpí su serie de proyectos, diciéndole: «Caballero, si es verdad que os halláis con seiscientos mil pesos duros en oro o plata, tenéis ya cincuenta años cumplidos y una salud algo dañada por los viajes y trabajos, ¿no sería más prudente consejo el escoger la provincia más saludable del mundo, estableceros en ella, buscar todas las comodidades de la vida, pasar con descanso lo que os queda de ella, amparar a los parientes pobres, hacer bien a vuestros vecinos y esperar con tranquilidad el fin de vuestros días sin acarreárosla con tantos proyectos, todos de ambición y codicia?». «No, señor -me respondió con furia-; como yo lo he ganado, que lo ganen otros. Sobresalir entre los ricos, aprovecharme de la miseria de alguna familia pobre para ingerirme en ella, y hacer casa son los tres objetos que debe llevar un hombre como yo». Y en esto se salió a hablar con una cuadrilla de escribanos, procuradores, agentes y otros, que le saludaron con el tratamiento que las pragmáticas señalan para los Grandes del reino; lisonjas que, naturalmente, acabarán con lo que fue el fruto de sus viajes y fatigas, y que eran cimiento de su esperanza y necedad.

Redacta una carta andorrana. Mira la realidad que te rodea como si fueras un recién llegado, alguien con curiosidad y la inquietud de comprender cómo vivimos en Andorra. Pero a la vez, alguien capaz de mirar con cierta distancia nuestras costumbres, aspectos de nuestra sociedad a los que estamos tan acostumbrados pero de los que, inmersos en nuestros quehaceres cotidianos, perdemos nuestra capacidad crítica. Si quieres puedes echarle un vistazo al libro de Àlvar Valls, Andorra entre l'anacronisme i la modernitat, que analiza la realidad de nuestro país como si fuera alguien que contemple el Principat por primera vez.

Presenta tu Carta Andorrana y en cuanto esté revisada y corregida, compártela con los demás publicándola en el blog (extensión máxima de los textos 1 página).



1 comentario:

  1. Andorra, Lunes 15 de marzo de 2010.

    Mi querido amigo Pablo,

    Estoy en Andorra, (¡el país de la nieve!) , y parece ser que uno de los problemas más grandes de este país es precisamente la nieve. Aunque la economía del país se sostiene principalmente gracias al turismo y al esquí, Andorra no está preparada para ello.
    En cuanto llega un esperado día de nevada, pues todo el mundo lo espera para poder subir a esquiar. Sin embargo es país entero se paraliza.
    Cuando cae el primer copo de nieve, empiezan a sonar mensajes del servicio de tráfico que anuncian que las carreteras están cortadas, y las que quedan abiertas, son invadidas por cuerpos de policía que obligan a todo vehículo a colocar cadenas en las ruedas, aunque uno lleve el coche preparado para la nieve. Parece mentira que para la policía no sea suficiente que uno lleve ruedas de contacto o con clavos…
    Todo esto ocurre con el primer copo de nieve, pero cuando caen cuatro más, los centros educativos del país se cierran y el tráfico se vuelve imposible, así que todo el mundo debe quedarse en casa y disfrutar de un magnífico día de nieve.

    Por otra parte, el esquí es también el deporte nacional de Andorra. Para algunos es la distracción del fin de semana, pero para otros es vida.
    Los que le dedican su vida, alternan el colegio y el entrenamiento, para poder mejorar y llegar un día a lo más alto como pueden ser una copa de Europa, una copa del mundo o unos Juegos Olímpicos.
    Llegados a ese punto, los corredores son conocidos por su nombre, pero mayoritariamente se les conoce por su país de origen. Todo el mundo habla del “andorrano” o la “andorrana” que corrió en los Juegos Olímpicos y esos corredores son la imagen del país.
    Por lo tanto, los corredores sacrifican sus estudios, su tiempo personal, y en definitiva su vida para correr por el país.
    Son pocos los que lo hacen, pues ese esfuerzo no todo el mundo está dispuesto a hacerlo y entonces los escasos nombres de los que sí están dispuestos a hacerlo, empiezan a sonar.
    Cuando llega uno de los eventos como por ejemplo unos Juegos Olímpicos, todo el mundo está pendiente de la televisión para poder ver y apoyar a los corredores de su país y ¡resulta que en Andorra, no lo transmiten! En conclusión, los corredores lo dan todo “por Andorra” y Andorra ni siquiera puede verlo. Es un auténtico fraude para futuros corredores que se dan cuenta de ello.
    Esta es una de las razones por las que en este pequeño país, de dónde podrían salir grandes “estrellas” del deporte, no salen.

    ESTEFANIA

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